El síndrome del intestino irritable es una enfermedad gastrointestinal común, que puede afectar al 5-11% de la población general. La causa de esta enfermedad es en general desconocida, pero se caracteriza por:
- dolor abdominal
- alteración del ritmo deposicional (estreñimiento/diarrea)
- alteración de la consistencia de las heces (pastosas o líquidas)
- aparición de gases
- flatulencias e hinchazón
Es una enfermedad que afecta a pacientes jóvenes (20-40 años) y que tiene un importante impacto en su calidad de vida y la de cuidadores, además de una importante repercusión socioeconómica (pérdidas de días de trabajo, toma de medicación en exceso, etc).
La flora digestiva, también llamado microbioma, de nuestro tubo digestivo es un ecosistema constituido por más de 400 especies bacterianas que ayudan al correcto funcionamiento del intestino y al mantenimiento del bienestar de la mucosa intestinal. Sin embargo, también refuerzan las defensas naturales contra la invasión de bacterias y patógenos. Alteraciones de la microbiota podrían dar lugar a enfermedades en el sistema digestivo.
¿Cómo se trata el síndrome del intestino irritable?
Existen varios tratamientos farmacológicos o psicológicos disponibles para el síndrome del intestino irritable, pero frecuentemente se trata de forma sintomática y probando distintas opciones terapéuticas. Entre los tratamientos farmacológicos se incluyen antiespasmódicos (como el butilbromuro de escopolamina -Buscapina®), antidepresivos o ansiolíticos.
A pesar de ello, muchos pacientes no solucionan sus síntomas y recurren a tratamientos complementarios alternativos a los farmacológicos, como los probióticos.
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son microorganismos vivos no patógenos (bacterias incapaces de causar enfermedad) que al tomarse en cantidad adecuada, pueden tener efectos beneficiosos para la salud.
En un principio se creyó que el efecto beneficioso se debía a mejoras en el equilibrio microbiano intestinal, pero según estudios más recientes, los probióticos podrían tener un efecto directo sobre el sistema inmunitario.
¿Qué efecto producen los probióticos en el síndrome del intestino irritable?
Existen estudios rigurosos donde se demuestra que los probióticos pueden influir en los síntomas del síndrome del intestino irritable: tanto en su frecuencia como en su gravedad.
El dolor abdominal, la distensión abdominal, las flatulencias y las alteraciones en los movimientos intestinales mejoran por el efecto modificador sobre la microbiota intestinal. Además, la alteración del patrón de fermentación dentro del colon permite reducir las flatulencias.
Los probióticos tienen un efecto antimicrobiano que puede proteger el sistema digestivo de bacterias dañinas, así como mejorar la función de la barrera intestinal, normalizando los movimientos intestinales en pacientes pediátricos y adultos.
A día de hoy contamos con evidencias de que los probióticos pueden tener un efecto beneficioso para tratar el síndrome del intestino irritable, pero aún son necesarios más trabajos para saber su composición exacta y la duración del tratamiento.
Dra. Paula Ribó, Especialista en Alergología
Hospital Clínic, Barcelona
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